miércoles, septiembre 28, 2005

3 y Punto

Tres cuentitos cortos, dos míos, uno ajeno.


Un Instante

Lloraba y lloraba. Gotas saladas y transparentes recorrían su rostro.

De repente una sombra por detrás. Un instante. Un segundo.

Las gotas saladas y transparentes se secan por completo y pasan a ser gotas dulces y rojas...


Utopías

Ella está en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para qué sirve la utopía? Para eso sirve, para caminar.

Eduardo Galeano.



Almas

Milred miraba a su padre: el brillo de sus ojos había desaparecido, tanto que parecía que su alma no estaba con el.

-Papaaaaaaaaaa!!!! -. Gritó en un suspiro interminable con su último aliento, dejándose caer al pasto amarillento.