Rojo sangre
A veces pienso lo placentero que sería matar a alguien. Sentir la suavidad
del cuchillo penetrando en la jugosa carne, y escuchar el crujido cuando se
incrusta. Ver deformarse la cara de tu rival, sus gritos retumbandote en tu
cabeza y la sensación de regocijo de que nadie la escuchará. Dar el primer
puñal es el más díficil, pero el mas doloroso, es el primero, va con bronca,
el segundo es con placer y el tercero te envicia, y das otro y otro, y tu
pobre víctima indefensa, te mira con desesperación, sus ojos profundos
parecen no verte, pero su rostro tiembla y su recuerdo sufre.
Ella piensa por última vez, proyecta una última vez su futuro, se acongoja por su
presente, y deja escapar una pequeña sonrisa por su pasado.
Su vida termina con una tibia sensación recorriendo su cuerpo.